lunes, 14 de noviembre de 2011

ai vanessa,,,

Diario del gimnasio (íntimo)


Mi mujer me regaló para mi cumpleaños un vale para una
semana con un personal trainer en el gimnasio al que va Jesús Vázquez.
Mi personal trainer, Vanesa, resultó ser una instructora de Aeróbic de
26 años, modelo de trajes de baño...

Lunes : Empecé mi día a las 6 de la mañana. Fue bastante
difícil levantarse, pero todo cambió cuando llegué al gimnasio y vi a
VANESA esperándome. Parecía una diosa griega: alta, rubia, ojos
azules, pechos increíbles y una gran sonrisa, con unos labios carnosos
espectaculares.
VANESA me mostró los distintos aparatos y me tomó el
pulso después de 5 minutos en la bicicleta fija. Se alarmó de que mi
pulso estuviera tan acelerado, pero yo lo atribuí a su malla de lycra
metida entre sus nalgas... Disfruté viéndola dar su clase de aeróbic,
después de terminar mi inspirador día de ejercicio. VANESA me estaba
motivando cuando hacia yo mis flexiones, a pesar de que ya me dolía la
barriga de tanto meterla para adentro(la barriga) cada vez que la
chica pasaba junto a mí...

Martes : Un café doble bien cargado y ¡al gimnasio!
VANESA me puso a levantar una barra de metal y después se atrevió a
ponerle ¡¡¡pesas!!!.
Mis piernas estaban un poco debilitadas por la cinta,
pero logré completar ¡UN KILOMETRO COMPLETOOO!! La aprobadora sonrisa
de VANESA y su guiño cómplice hicieron que todo valiera la pena...
¡Me sentía fantástico!...
era una nueva vida para mí.

Miércoles : La única forma de lavarme los dientes ha sido
poniendo el cepillo sobre el lavabo y moviendo la cabeza a ambos lados
encima de él.
Creo que tengo una hernia en los pectorales.

Conducir no fue tan fácil; sólo al frenar y dar vueltas
al volante me dolía hasta el pelo; estacioné encima de una moto...
VANESA se impacientó un poco conmigo por considerar que mis aullidos
de dolor al levantar las pesas molestaban a los demás socios del club.
La verdad es que su voz resulta un poco aguda a esas
horas de la mañana y cuando grita se vuelve nasal y muy molesta. Como
no podía correr en la cinta porque me dolían los huevos, VANESA me
puso a hacer steps, de forma que ahora me duele también el culo. Me
dijo que me ayudaría a ponerme en forma y a disfrutar de la vida: otra
de sus tantas gilipolleces y promesas.

Jueves: VANESA me estaba esperando con sus dientes de
vampiro y su sonrisita estilo the Joker. Llegué media hora tarde: fue
el tiempo que tardé en ponerme los zapatos.
La muy zorra me puso a trabajar con las argollas pero,
cuando se distrajo, salí corriendo a esconderme en el baño. Mandó a
otro entrenador a buscarme y, como castigo, me puso a trabajar en la
máquina de remar y .. me hundí.

Viernes : Odio a la hija de puta de VANESA más que a
cualquier otro ser humano que haya odiado en la historia del mundo.
Estúpida, anoréxica, anémica, zorra y desgraciada sin cerebro. Si
hubiese una parte de mi cuerpo que pudiese mover sin un dolor
desesperante, le rompería todos los huesos, la puta madre que la parió.
Va y me dice que trabajara mis tríceps, ¡SI YO NO TENGO
TRICEPS!!!... Y si no quiere que me caiga en el suelo, que no me pase
las putas barras o cualquier otra cosa que pese más que un folio...
Me desmayé en la bicicleta y me desperté en la camilla de
la nutricionista, una flaca hija de puta que me dio una cátedra de
alimentación sana, ¡claro! La muy cretina no tiene ni puta idea de lo
que es morirse realmente de hambre.
¿Por qué no me pudo tocar alguien más tranquilo, como
un diseñador de moda o una estilista?

Sábado : La anormal de VANESA me dejó un mensaje en el
contestador con su vocecita repelente preguntándome por qué no fui
hoy. Sólo con escucharla me dieron ganas de cargarme el móvil, pero no
tenía la fuerza suficiente ni para levantarlo, incluso ni para
levantar el mando de la tele, así que me pasé 11 horas seguidas viendo
los documentales de la 2...... putos pajaritos saltando de rama en rama.

Domingo : Hoy he ido a la iglesia para agradecerle a Dios
que esta semana haya terminado. Me arrodillé y no pude levantarme.
Aproveché para rezar y pedir que el año que viene, mi mujer me regale
algo un poco más divertido, como una endodoncia, un cateterismo, un
trasplante de próstata o una colonoscopia

martes, 1 de noviembre de 2011

Fistful Of Love (Live)

Penso que les coses i els moments durant una mica menys que un sospir.
Penso que les persones hauríem d'aturar-nos per uns segons i mirar al nostre voltant i fer-nos a la idea de tot allò que som i tenim.
Penso que l'amor és un tresor que no tothom el sap conservar i menys valorar.
Penso que lluitar pel teu amor és vàlid però penso també que una retirada en un bon moment és tota una victòria.
Penso que si ho has donat tot, ningú ha de demanar-te explicacions.
Penso, que aquell que sap estimar sense demanar-ne res a canvi, és que t'estima de veritat.
De veritat de veritat, penso que jo encara no he trobat aquesta veritat; i ara penso que potser tinc por de no poder-ho aconseguir.
Que la por no em faci afluixar perquè penso que sóc algú per qui val la pena lluitar...potser sóc narcisa o bé egoista; però penso, en contra d'algunes persones, que sóc una dona amb tot el seu ventall de virtuts i defectes i sí es mereix tenir aquesta veritat.
He perdut de nou una batalla però no perdo la esperança de tornar a lluitar una nova guerra.
Em quedo amb la nostra cançó...

sábado, 4 de junio de 2011


Viure sempre endavant! mirant el cel;
caminant de peus a terra! amb el ulls alçats al cel;
si la vida no em dóna el que jo vull tenir, hauré d'anar jo a buscar-la,
me'n refio de mi!
No puc resignar-me...Arribaré més lluny!
Rera de la brisa, que em queda per descobrir...
tantes coses que jo voldria dir...,
tants silencis per decidir...

miércoles, 13 de octubre de 2010


En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira todo es segun el color del cristal con que se mira

miércoles, 12 de mayo de 2010

Hace unos días

Hace unos días, yo era, de esas, que piensan siempre en la botella medio vacía.
Hace sólo unos pocos días, pensaba que todo lo malo me pasaba a mi, y lo que me rodeaba siempre era más sortudo que lo mío. Hace sólo unos pocos días, creía querer al más "mejor"; y hace sólo unos días sentía dolor de vida.
Me refiero a que esos pocos días, que quizás son meses, años o décadas, nunca pasan en vano. Y aunque olvidar, perdonar y pasar página es muy noble y magnánimo, no podemos dudar que el libro ha sido escrito, editado y solo uno mismo, es quien decide si el libro debe ser publicado. Publicar tus temores, desilusiones, nostalgias, desasosiegos, frustraciones, etc. es publicar una mierda de libro, así que no podemos dudar ni por un momento que evidenciar esta inmundicia de libro es una soberana cagada.
Anda a la chingada hoguera, que aun hay tiempo de escribir miles de otros libros, y estos anteriores que digo, quiero que mueran cada año para San Juan.
Por cierto, mi niña, quieres que te cuente mi último cuento?

lunes, 19 de abril de 2010

El papel arrugado


Mi carácter impulsivo me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzada y me esforzaba por consolar a quien había dañado. Un día una persona a quien tuve que dar excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso.
Y entonces me dijo: “Estrújalo.” Asombrada, obedecí e hice una bola con el papel. Luego me dijo: “Ahora déjalo como estaba antes.” Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas. Entonces esa persona dijo: “El corazón de las personas es como ese papel. La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel. Aunque intentemos enmendar el error, ya estará marcado’ ”.
Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo más triste es que dejamos “arrugas” en muchos corazones.

Llevo años planchando el papel, al fin lo estoy logrando. No más rencores, no más reproches, no más palabras heridas, no más nada, al fin, vivir sin vivir a medias, al fin vivir sin fin.

martes, 13 de abril de 2010

Elefante encadenado



Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia:
– Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a sus destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad... condicionados por el recuerdo de “no puedo”, “esto es así porque es así y no se puede cambiar”...
 Quizá es el momento de intentarlo de nuevo...