martes, 24 de noviembre de 2009

Sacame el antifaz de los ojos


¡Qué rabia tengo encima, joder que rabia! No puedo evitar tener rabia ante este tipo de cosas y cuando te ves tan reflejada, hay tantos sentimientos reducidos en pocos centímetros cúbicos de tu estómago que en ese momento le sacarías los ojos si lo tuvieras delante.
Qué se han creído, que se creen joder! Cuando quieres a alguien, cuando supuestamente quieres a alguien no es lícito, está prohibido, es impensable el dejar de lado el estado anímico de tu pareja, de la persona que tienes al lado día a día y con la quien has compartido tanto, que ya forma parte de ti.
Hablo de hombres y mujeres que por la razón que sea, dejan de respetarse de tal manera que aquellos que han formado parte de tu vida tan intensamente, se convierten “na más” que en desconocidos. Qué lástima de aquellas personas que un día te insinuaban o te dejaban prever que lo eras todo para ellos y de un día para otro te dejan de querer, te echan de casa, dicen que eres mala persona, que nunca los has querido, que les da igual lo que pienses u opines porque les resbala si estás bien o mal. Si un día lloras o te sientes perdido, si añoras su calor o su compañía, si falleces en tu profesionalidad o si desvanecen en tus inquietudes como ser humano. Qué lástima de estos que no les importa nada lo que dejan atrás y dan carpetazo para dar rienda suelta a su vida nueva para abrir en su disco duro mental una nueva carpeta. Qué lástima aquel que te dice que te quiere pero pasa por una disconformidad personal o perdida de ego-personal y no se ve con fuerzas de tirar adelante una relación (mejor dejarlo, luego ya se verá cuando yo esté bien, pero no te preocupes porque yo ya te lo haré saber); de la noche al día sin ninguna explicación, a lo sumo una justificación insulsa y que te explota en la cara sin ninguna posibilidad de negociación de nada. Qué cobarde, que triste, es tan, tan, tan egoísta.

Pues eso le ha ocurrido a Isabel.

Isabel es una mujer madura, inteligente, agradable, luchadora, cariñosa y muy bonita. Pero Isabel como cualquier mujer ingenua y deseosa de pasión se enamoró en contra de mil razones que ella misma se había impuesto por su larga experiencia con los hombres. El amor se la coló y la pasión mucho más. Se enamoró y lo dejó todo para estar con él. Contenta y orgullosa, orgullosa y deseosa de esa relación que jamás había tenido y que estaba dispuesta a lucharla en contra de esos mil pretextos que digo.
Pues qué lástima joder que las más buenas topemos con algunos hombres sin corazón, que se miran el ombligo y solo se mueven por sus satisfacciones personales. Lástima porque su hombre, el cual ella más quería, como muchos otros, le falló. Hirió su orgullo, su inocencia, hecho por los suelos su amor y pasión, hizo que ella perdiera la confianza en sí misma, que se sintiera mal insultándola, que se sintiera mal con su forma de ser, que pensara que no había nada ni nadie que quisiera estar con ella.
Pero que se han cérido éste, no se puede tratar así a una persona que te quiera tanto y que a pesar de todas las degradaciones, todavía sigue ahí y te sigue apoyando EN TODO.
Las mujeres somos un sexo estúpido inteligente, que según el contexto, reaccionamos de diversa forma bajo el efecto neuroléptico de los estrógenos segregados por nuestro hipotálamo. Que jodida putada esta a la que se someten las XX, porque creerme si bien dijo que los XY muchas veces, quizás no todos, carecen de miles de genes de esa dotación en X que les falta.
No quiero entrar en genética de sexos porque sin lugar a dudas aunque la especie humana sea la misma los sexos son diferentes y perdóneme ustedes si les dijo que toda mujer no quisiera jamás de la vida sentirse tan degradada como mujer, amante, amiga, compañera o colega de alguien a quien bien ha querido. Frase última que dirían muchos hombres también, pero amigos, en vosotros los estrógenos y la sensibilización de las hormonas endógenas ante los sentimientos no es tan susceptible; y que jodido es esto de mantener en equilibrio, porque ya sólo el desequilibrio hormonal, brutal y desgastador metabólico del ciclo mensual anual and “forever” hasta llegar a la muerte incluyendo la menopausia, ES, entre muchas otras, el esfuerzo constante de equilibrio natural más fuerte que se ha visto sometido el sexo femenino.

He llegado a comprender el porqué de Isabel. He comprendido que a pesar de todo ella lo quería y he llegado a comprender el porqué él la dejó. Lo que no comprendo ni acepto son las maneras. Da igual tus gustos o tus inquietudes, tus dificultades o tus ventajas, tus sueños o tus desvelos, lo importante son las maneras; porque alguien me enseñó que las maneras lo son todo y que la gente se acuerda no solo de tu apariencia primera sino de tus buenas maneras. Si no eres capaz de actuar de manera elegante y prudente ante alguien quien bien te quiere es que en el fondo no la has querido de verdad y solo ha sido un espejismo que el tiempo ha diluido y que no ha quedado en nada. Una magia que no existe y que no ha existido jamás llena de engaños e hipocresía…y qué lástima es mentir así…

Yo diría que no merece la pena Isabel, él no merece la pena! Qué bonita eres leñe. No fallezcas princesa y no te creas los sapos y culebras de la boca del lobo que un día te comió a besos y hoy te muerde y te hiere, que no vale la pena que el amor es como el oro y no todo lo que brilla lo es y lo que es, a veces no brilla. Duerme tranquila que ningún mal has hecho y que debes seguir dueña de tus sueños, princesa de tus cuentos y heroína vencedora de tus sentimientos. Sí Isabel, hazme caso y el próximo día te cuento el cuento del viento, para que algún día quizás me lo cuentes a mí.

Lo sé Isabel, qué difícil es dejar de querer con el querer.

domingo, 15 de noviembre de 2009

viernes, 13 de noviembre de 2009

La font i l'engany




Era fosc, i caminava sol per un camí perdut, entre els arbres i la lluna i els estels de mitja nit.
Més lluny del salze blanc, una font il•luminava un raig d’aigua clara les imatges de l’estany.
I allà, asseguda a la font, una fada el va mirar, contemplant-lo amb uns ulls que ho deien tot, va encendre el món.

I la lluna va riure, les estrelles van baixar, i la fada del boscos va somriure i va marxar.

Era fosc i respirava fort, mirava dins la font, on ja l’aigua no es movia, doncs el temps queda aturat.
Tot l’or que ell tenia, era una moneda vella com els cant dels grills que deien dolçament enamorat.
Fou així, ell tingué el gran desig, de tornar veure aquells ulls, que l’havien captivat del tot, fonent el món.

Va mirar cap el aigua, la moneda va caure i la font s’endugué el desig que mai es va complir.

Explica la llegenda que un noi pobre va morir ofegat, en una font desconeguda, a la vora d’un estany.

Diuen que ell estava dolçament enamorat d’una fada d’aquells boscos que només veigué un instant.

Desitjar trobar-la, tornar a sentir de prop el seu esguard; va tirar una moneda a l’aigua demanant fer-ho realitat.

Cada nit anava a acompanyar la lluna de l’estany, i el salze blanc plorava perquè la font el va enganyar.

Y la lluna va riure, les estrelles van baixar i la fada dels boscos va somriure i va marxar. Va mira cap l’aigua, la moneda va caure i la font s’endugué el desig que mai es va complir.


Dedicat a l'engany de la realitat, que juga a ser honest i és més mentider que ningú.