martes, 29 de diciembre de 2009

De la mórula a la vida

¿Quién daría ni 2 céntimos por nosotros a los 2 meses de existencia?



¿Quién dice que no existe la magia?

lunes, 21 de diciembre de 2009

Preparat panxeta que ara ve Nadal.
Preparat panxeta bonica que ara ve lo bo.
Preparat panxeta bonica bufona que hauràs de fer un bon esforç!

viernes, 18 de diciembre de 2009

En tiempos de cambio para al año nuevo



El año pasado, a fechas de hoy, diciembre del 2008, paseaba yo con mi gorro parisino por los Champs-Élysée a pesar del viento y las lluvia heladas que como pequeños cuchillos rasgaban mi cara. Pero no me importaba. A pesar de no sentir ni las piernas ni los brazos, ni mis mejillas, lo único que me importaba era que mi corazón estaba en París y yo era feliz.
Hoy estoy en Barcelona, "la meva terra, la que m'ha vist nèixer y la que estimo desde sempre", y ya no tengo tanto frío, ni siento que se me desencaja la sonrisa en momentos helados, aunque lo que sí he de decir, es que mi corazón se quedo en París, por eso quiero que en este año nuevo 2010, que al igual que toodos los años, antes de brindar después de las campanadas y me quede sola junto a mi copa de cava mientras el amor triumfa entre mis colegas, pediré un deseo; el deseo de lograr el valor de volver a París a recoger mi corazón para avanzar de nuevo. Que los Campos de Marte me tiendan la alfombra de flores hasta los pies de la Tour Eiffel para que trepe en ella hasta ponerme a la altura de Montmartre. Que al bajar las escaleras de caracol del Louvre, la mona lisa siga mis pasos por la sala hasta llegar a Egipto para pensar, junto a la tumbas de los años de antaño, que todos tenems pasado y el mío queda enterrado ahí. Que la punta de l'île de Sant Louis separe las aguas del Sena en dos para seguir corrientes distintas y vuelvan a confluir en el algún momento más allá de la cité. Que la Opera de París vibre junto al metro y que la Catedral de Notre Dame acoja aun más en sus aposentos a los turistas.
Ojalá estubiera en las escaleras del Sacre Coeur para escuchar su guitarra y su cantar, pasando frío junto a gente desconocida con la que puedes compartir al menos ese instante. Comer fondue, crêps, fromage y muchos quiches. Quizás quisiera volver a oir el organillo del vagabundo bajo mi ventana de Leon Frot, que tantas tardes me acompañó mi soledad; volver a la Bastille y a la mezquita para pasar una noche escuchando Fan Fares con una copa de vino tinto en mi mano...ai carai, tiempos de cambios...por eso mi deseo máximo es eso, valor para volar.

martes, 1 de diciembre de 2009




Ayer oí este poema que ya conocía, en boca de José Emilio Pacheco premio Cervantes 2009, y que tanta razón tiene:



En este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira,
todo es según cuyo el color del cristal con el que se mira.

Ramón Campoamor
(1817-1901)